3/8/07

El Mejor de su generaciòn ,y el Dolor de no tenerlo màs


ROBERTO BOLAÑO (1953-2003)




BIOGRAFÍA

En el Cementerio de Les Corts, en Barcelona, serán incinerados hoy (16:07:03) los restos del escritor chileno Roberto Bolaño, quien murió anteanoche en esa ciudad, a los 50 años, debido a una grave enfermedad hepática que desde hace dos semanas lo tenía hospitalizado y a la espera de un transplante de hígado.

Siguiendo la voluntad del multipremiado autor, quien imaginaba su funeral como “una ceremonia vikinga”, sus cenizas serán llevadas a Blanes (localidad costera en la que vivió durante más de veinte años) para ser arrojadas al Mediterráneo por su hijo Lautaro.

Escritor nacido en Santiago de Chile, Bolaño ha llevado una existencia trashumante. A los 15 años estaba viviendo en México, donde comenzó a trabajar como periodista. En el 73 regresó a su país y pudo presenciar el golpe militar. Se alistó en la resistencia y terminó preso. Unos amigos detectives de la adolescencia lo reconocieron y lograron que a los ocho días abandonase la cárcel. Se fue a El Salvador: conoció al poeta Roque Dalton y a sus asesinos. En el 77 se instaló en España, donde ejerció (también en Francia y otros países) una diversidad de oficios: lavaplatos, camarero, vigilante nocturno, basurero, descargador de barcos, vendimiador. Hasta que, en los 80, pudo sustentarse ganando concursos literarios.

A Roberto Bolaño el reconocimiento le llegó tarde, pero seguro. Apenas hace ocho años que ppodía vivir de la literatura, ya que antes se dedicó a ejercer todo tipo de profesiones para sobrevivir, pero ahora parece haberse instalado definitivamente en el a menudo poco lucrativo oficio de escribir. Aunque su pasaporte lo califique de chileno, lo cierto es que Bolaño ha vivido en cualquier parte menos en Chile: Estados Unidos, México y finalmente España han sido sus residencias. A Barcelona llegó también a causa del azar, ya que se disponía a ir a trabajar a Suecia, pero la enfermedad de su madre, residente en España, hizo que fuera al país a visitarla y cuidarla. Barcelona le sedujo entonces, con su atmósfera de liberación política y sexual, y se enamoró de ella. Y en ella aprendió muchas cosas, como a no vivir rodeado exclusivamente de gente relacionada con la literatura. Actualmente vivía en Blanes, en la Costa Brava.

En 1993 publicó la novela La pista de hielo, y en 1996 La literatura nazi en América, una serie de bibliografías de escritores afines a las ideas de Hitler escritas con todo detalle y totalmente inventadas tomando la idea de las Vidas imaginarias de Marcel Schwob. Con ella logró a sus 43 años ser aclamado por la crítica. Después publicó Estrella distante, una novela con la que consolidó la reputación recién adquirida, y el libro de cuentos Llamadas telefónicas, que le consagró como uno de los mejores escritores contemporáneos de Hispanoamérica. Los premios le llegarían poco después, con su siguiente novela Los detectives salvajes, publicada en 1998, que le valió el Premio Herralde, el Premio del Consejo de Chile en 1999 y el Premio Rómulo Gallegos en el mismo año. Este último fue sin duda el de mayor importancia, ya que lo han logrado escritores ilustres como García Márquez o Vargas Llosa y está considerado como el Nobel latinoamericano. Los detectives salvajes, que el editor Jorge Herralde calificó de "thriller wellesiano", está protagonizada por dos hombres embarcados en la búsqueda durante 20 años de una escritora mexicana desaparecida durante la revolución, y contiene rasgos autobiográficos. La novela se desarrolla en multitud de países: Liberia, Israel, Angola, Francia, Estados Unidos, España... y representa a una generación nacida en los años cincuenta a la que une un cierto nomadismo, la entrega a ideales revolucionarios, el deseo de cambiarlo todo y la utopía de la revolución. Posteriormente Bolaño publicaría las novelas Amuleto, en 1999, y Monsieur Pain, en el mismo año, y el poemario Los perros románticos en el 2000. Amuleto es otra aclamada novela; está constituida por el monólogo visionario de Auxilio Lacoture, la madre de todos los poetas de México, y es un homenaje a los estudiantes víctimas de la matanza de la plaza de las Tres Culturas.. Su última obra hasta la fecha es el libro de relatos Putas asesinas, publicado en el 2001.

Con los premios que se le han otorgado se ha reconocido finalmente la gran capacidad de fabular de Bolaño, su agudo y negro sentido del humor y su gran cultura idiomática, fruto de las estancias en varios países de América Latina. Su estilo ha sido descrito como seguro, elegante y desenvuelto, con una estética de lo singular y lo excéntrico y una exploración de vidas y mundos excepcionales. El autor resulta mucho más lacónico al describir sus obras, y por ejemplo habla de Los detectives salvajes como "una novela de aventuras con sexo, drogas y rock & roll". Y es que Bolaño es admirador de los beatniks y fanático de Lou Reed, pero también devoto de Borges y Cortázar, con quienes algunos críticos gustan de compararle. Y su imaginación y sentido del humor quedan reflejados en las frecuentes trampas o bromas literarias que suele hacer en sus libros, como por ejemplo el hecho de hacer aparecer al personaje final de Literatura nazi en América, Ramírez Hoffman, en el libro Estrella distante, pero en esa ocasión con el nombre de Wieder, que en alemán quiere decir "otra vez". Estas triquiñuelas ayudan a Bolaño a sobrellevar las horas de escritura que cualificaba en una entrevista de "solitarias y a menudo aburridas", a la vez que demuestran que él concibe, aunque insiste en que es de manera humilde, el conjunto de su obra en prosa e incluso una parte de su poesía como un todo. Un todo estilístico y argumental, donde los personajes aparecen y desaparecen para dialogar entre sí. Y para enriquecer igualmente las vidas de los lectores.


BIBLIOGRAFIA

Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce, en colaboración con Antoni
García Porta, 1984
La pista de hielo, Planeta, 1993
La literatura nazi en América, Seix Barral, 1996
Estrella Distante, Anagrama, 1996
Llamadas telefónicas, Anagrama, 1997
Los detectives salvajes, Anagrama, 1998
Amuleto, Anagrama, 1999
Tres, El Acantilado, 2000
Los Perros Románticos, Lumen, 2000
Monsieur Pain, Anagrama, 2000
Nocturno de Chile, Anagrama, 2000
Putas asesinas, Anagrama, 2001


ESTUDIOS SOBRE ROBERTO BOLAÑO



Los poetas chilenos luchan contra el fascismo. Prólogo y selección: Sergio Macías, Berlín RDA, Comité Chile Antifascista, 1977.
Lara y Epple, Chile: poesía de la resistencia y el exilio, Editorial Ámbito Literario, Barcelona,1978.
Chile: poesía de las cárceles y el destierro. Madrid, Ediciones Conosur, 1978. (Serie cultura 1).
Paula Edwards, Antonio Gil, Armando Rubio, Ricardo Willson y otros: Poesía para el camino. Antología. Unión de Escritores Jóvenes. Santiago, Nueva Universidad, 1977.
Poetas chilenos de hoy. Selección de Daisy Benett y Ariel Fernández. Santiago, Ediciones Tamarugal, 1977. Tomo 1.
Teresa Calderón, Mili Fischer, Álvaro Inostroza, Natasha Valdés y otros: Uno por uno. Algunos poetas jóvenes. Santiago, Editorial Nascimento, 1979.
José Luis Rosasco: "La generación del setenta" en Atenea 436 (Concepción, segundo semestre, 1977).
Alfonso Calderón: Antología de la poesía chilena contemporánea. Santiago, Editorial Universitaria,
1970.
Poesía joven de Chile. Selección y Prólogo de Jaime Quezada. México, Siglo XXI, 1973. (Colección Mínima Nº 63).
Nueva poesía joven en Chile. Selección, ordenamiento y notas de Martín Micharvegas. Buenos Aires, Ediciones Noé, 1972.


PREMIOS:

Herralde (1998),
Rómulo Gallegos (1999)
Premio Literario internacional Ciudad de San Sebastián (1997)


1/8/07


¿Escritores olvidados?

por Susana Boéchat*



Cuando leí la convocatoria de un conocido Congreso de Escritores, no era mi intención hablar sobre este tema y las connotaciones que implican los términos escritores olvidados, sino referirme a la obra de una escritora de la Generación del 70, no conocida ,ni difundida suficientemente. Pero “el diablo metió la cola” como dice el dicho popular y esta amiga se consideró ofendida al ofrecerme para hablar sobre su obra, ya que consideraba que ella era suficientemente conocida y reconocida en su ciudad natal. Frente a la autoestima de mi amiga sobre la valoración de su propia obra y las limitaciones del concepto escritor olvidado, decidí escribir algunas reflexiones al respecto; hacerme preguntas, tal vez sin respuestas ciertas, repleta de interrogantes que quiero compartir con Uds.

Primeramente registro el significado de olvido en el Diccionario de la Lengua Española. Cito textualmente: del latín oblitus: falta de memoria o cesación del recuerdo que se tenía de una cosa o persona//cesación del cariño que se tenía//descuido de algo que debía tenerse presente.

O sea se presume que alguien o algo ha existido pero que está en una zona gris, guardada en el inconsciente pero que no aflora en el tiempo presente a nuestra memoria. Me llamó la atención la expresión “cesación de cariño, descuido”.Quiero detenerme en esta acepción. ¿Acaso no es un descuido, un cese de amor de nuestra parte no rememorar a grandes escritores desaparecidos? Estos cuestionamientos me hicieron pensar sobre los límites semánticos del “olvido “y “lo olvidado”.Por otra parte “el olvido “conlleva otros vocablos bordeando sus límites: los de “memoria” y “recuerdo”.

En la antigüedad, tal como opina el estudioso español José Luis Catalán Bitrián, existieron mitos acerca de la memoria, como por ejemplo las series dedicadas a MNEMOSINE entre los griegos. Platón, en su República, nos habla de una versión, de tradición pitagórica, en la que las almas de los muertos beben en el agua del Leteo y así ocurre que olvidan sus vidas anteriores antes de renacer. Este mito apunta a la experiencia de renacimiento que implica recordar. Efectivamente, eran una práctica común en los círculos pitagóricos los ejercicios de memoria para recordar los sucesos diarios y así llegar a tener presente la vida transcurrida, incluso vidas anteriores, como una forma, atenuada si se quiere, de inmortalidad.

Paralelamente a las distintas construcciones mitológicas se desarrollaba en Grecia una tecné del recuerdo, de la que representa un hito Simónides, con su arte de ordenar el material a memorizar de los discursos en el ágora. Se hacía cada vez más decisivo el desarrollo de la nemotecnia en la medida que se complicaba la cultura. Estas técnicas fueron retomadas por la tradición latina y más tarde por la escolástica.

En cada momento histórico, por supuesto, la función de la memoria se ha visto según las coordenadas socio-intelectuales del momento.

Es imprescindible tener en cuenta que todo lo que se olvida o se recuerda tiene que ver con lo que nos está interesando hacer en el presente. No existe túnel del tiempo. La memoria no es un video literal sino una especie de habilidad cinematográfica de resumir lo sucedido de una manera verosímil. El pasado se recrea cada vez que recordamos. Recordar es una forma de representarnos algo que sabemos. Las imágenes del pasado son representaciones. La memoria no refiere sólo a lo que una persona aislada pretende archivar, sino que también puede ser colectiva.

Me referiré en forma concreta a escritores argentinos que pueden ser considerados olvidados o no, de acuerdo a las representaciones que tengamos como lectores. El término “olvido “incluye a integrantes de generaciones tan importantes como la de Boedo (1920), de la cual se rescatan del historial bibliográfico sólo algunos nombres que siguen mencionándose tan sólo en medios radiales, sobre todo en el género poético. Hemos rescatado sin embargo a ARLT, que por suerte sigue vigente en representaciones teatrales y producciones cinematográficas. Existen actualmente dos producciones inspiradas en él, que figuran en la cartelera de espectáculos en la ciudad de Bs As:”OREJITAS PERFUMADAS”, en el teatro Presidente Alvear y “TEATRO A CIEGAS”, con “La isla desierta”, en la ciudad cultural Konex. El mismo Mallea, en el “Grupo Florida”, coetáneo de Borges, es poco conocido para el gran público y su nombre sigue apareciendo tímidamente en diarios de primera línea, alejado del conocimiento del gran público, en suplementos culturales como “La Nación” del que fue colaborador asiduo.

De los que cultivaron poesía se hace más notorio el olvido. ¿Quién recuerda a Banchs y Conrado Nalé Roxlo, a pesar de que los de mi generación los recitábamos, memorizando sus versos en la escuela primaria o secundaria? Hasta figuras no tan alejadas en el tiempo, como la gran santafecina Amelia Biagioni no escapan a la no memoria.¿Quién conoce su poesía que no sea del ambiente literario o de su suelo santafecino?

Se recuerda a Alfonsina Storni cuyo suicidio atrajo más la mirada sobre su obra, incluso de neófitos, inmortalizada en la piedra y en la canción. En el ámbito americano, ¿quién compra poesía del gran ensayista Octavio Paz, con versos espléndidos por su lenguaje y filosofía?

En la narrativa sucede algo semejante. Un caso cercano es Isidoro Blainstein, Soriano, Dal Masseto, que sólo son buscados en las librerías por conocedores. Con respecto a Di Benedetto, se ha anunciado este mes la reedición de sus cuentos, una película recién estrenada, se inspiró en su obra “Los suicidas”, pero ¿qué pasa con su obra cumbre, la novela ZAMA?

Al gran público le entusiasma el best-seller, el libro de Autoayuda o de Psicología en recetas, aunque sin embargo son de gloria efímera en esta postmodernidad vertiginosa del cambio constante, los éxitos y fracasos súbitos y delirantes. Borges y Sábato son reconocidos allende las fronteras argentinas. Bioy Casares, se halla, en difusión, un paso atrás.

En poesía, quedan algunos reductos combatientes contra el Olvido y a favor de la Memoria: alguna audición radial, cafés literarios donde generalmente los asistentes se conocen entre sí y “cambian figuritas”: “hoy te toca leer a vos, la otra semana a mí, la otra a Fulanito, donde se lee poesía contemporánea actual en un esfuerzo denodado de publicidad y permanencia. A veces, contadas veces, y de vez en cuando, y no en todos, se leen versos de algún gran poeta. Pero no nos equivoquemos, son sueños utópicos que se estrellan frente a una realidad apabullante: la gente en su mayoría no lee como en décadas pasadas. La lectura ha sido avasallada por la imagen. Si alguien compra del gran público, elige un bestseller o ensayo político escandaloso. No nos engañemos tampoco con las cifras fabulosas de recaudación de la Feria del Libro de Bs As. Se trata de la venta de un gran número de textos escolares, best-sellers y ejemplares de literatura infanto-juvenil; sin embargo debemos recalcar que la Poesía y las Revistas Literarias, en el 2006 tuvieron un lugar, un pabellón aparte y bien ubicado.

Señalamos que tampoco son moneda segura para la Memoria los cargos políticos o gremiales a los que acceda en vida un escritor. Además debemos delimitar el concepto de escritor “reconocido” en oposición al “olvidado”. ¿Cuál es en realidad? ¿El conocido por todo el pueblo? ¿El identificado con una nacionalidad? ¿El recordado en críticas y – o artículos especializados en las revistas literarias y en los suplementos culturales de los principales diarios del país? ¿El que es estudiado en escuelas y universidades? ¿Aquel cuyos libros se venden mucho en nuestras librerías? Si se trata de esto último, no sé si se pueden contar con los dedos de las dos manos los escritores que venden suficientemente para mantenerse económicamente con la escritura. A mi entender son importantes los libros y antologías publicadas de cualquier género. La oralidad, según mi criterio, no es una forma permanente de transmisión a no ser lo ocurrido con obras excepcionales entroncadas con la historia como fueron en España los cantares de gesta y romances, y en nuestro país el género gauchesco, trasmitido primero oralmente antes de su plasmación cumbre en el “Martín Fierro”.

Creo también útil para la Memoria la obra difusora de las revistas literarias, los suplementos culturales de todos los diarios, capitalinos y del interior del país, los boletines informativos de asociaciones literarias. La lengua escrita, desde el principio de su aparición, asegura la permanencia. También creo en la tecnología que permite una mayor comunicación y permite la presencia de páginas web personales, diarios y revistas cibernéticas que se suman a las impresas. La tecnología, en suma, ayuda, y no es competitiva con lo impreso; sirve para complementar, para aunar esfuerzos contra el olvido.

En otros países han tratado de fortalecer la Memoria del pueblo hacia sus escritores con acciones originales, dignas de destacar. En España existe una institución llamada Centro de Estudios de la Reforma, cuya sigla es CER, que se ocupa de los escritores olvidados en cada región de España y hacen exposiciones de sus obras (esto sucede en Cataluña, Galicia, Valencia, Extremadura, Castilla, León y Andalucía).

En Brasil, en Río Grande do Sul, en Porto Alegre y zonas aledañas, cercanas a las colinas, se escriben en las paredes, en fechas especiales, poemas de sus escritores, para ser leídos por todo el pueblo. En Chile se recuerda a los grandes poetas Pablo Neruda y Gabriela Mistral en billetes impresos de moneda nacional, de circulación corriente y permanente. He visto en México (Distrito Federal), comprar libros de autores latinoamericanos, por parte de gente del pueblo, en las secciones de librerías muy completas, adjuntas a los kioscos en las principales avenidas de la ciudad.

En Internet, figura una obra literaria que se ocupa del tema, titulada “El común olvido “de Silvia Mohillo, donde se esboza una esperanza, ya que su comentarista, Tamara Kamezián nos habla de la esperanza de un encuentro entre el que espera y el otro:”se puede decir que aún cuando no se acordó ninguna cita o justamente por eso, existe la sensación permanente de que alguien, irremediablemente va a acudir. El gran poeta español Luis Cernuda se refirió al tema que tratamos en el siguiente poema, escrito en 1931:

DONDE HABITE EL OLVIDO
Donde habite el olvido
en los vastos jardines sin aurora;
donde yo sólo sea
memoria de una piedra sepultada entre ortigas
sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.