31/3/08
Las editoriales no están privilegiando la calidad
Es más editado y conocido en México, y aunque él dice que por una parte se debe a su gran mercado –sólo en la capital azteca hay 22 millones de habitantes- también reconoce –y se queja-, de lo complicado que resulta publicar en Chile. “Las editoras grandes –que son tres o cuatro- tienen poca iniciativa frente a la literatura nacional, como que son agencias para la edición en Chile de los grandes best-sellers mundiales que publican en España o México. Esto atenta contra el escritor nacional, que quiere abrirse camino. Las editoriales chicas también están muy atrapadas.”
Agrega que existe una escasa o nula posibilidad de distribución internacional, a lo que se une al “gran pragmatismo” que exhiben las casas editoras y que las lleva a privilegiar las posibilidades de venta por sobre la calidad. En este panorama poco alentador destaca el carácter de Lom Ediciones, “por el importante cátalogo que ha logrado tener en estos pocos años.”
Señala que hay mucha literatura que es rechazada, que no logra traspasar las puertas de las editoriales y que es muy buena. Para mayor abundamiento le cuenta a la conductora de Vuelan las Plumas, Vivian Lavín, que hace tiempo que le da vueltas a la idea de publicar una antología con los mejores cuentos de grandes escritores chilenos olvidados, libro que dice sería un verdadero aporte al conocimiento y difusión de estos valores literarios. Sin embargo, dice, no hay ninguna editorial que hasta el momento se interese por un libro de este tipo. Queda lanzada la idea...
Poli Délano ha vivido muchos años en México, de niño y de adulto. De niño tuvo la suerte de conocer muy de cerca al poeta Pablo Neruda, cuando vivió con él en la quinta “Rosa María”. Su padre –el escritor Luis Enrique Délano- y Neruda, eran cónsules de Chile en la capital azteca y compartieron esta gran casona donde Poli convivió con el poeta, al que recuerda como “muy divertido y bromista”. Cuenta que una vez que salieron a tirar flechas cerca de las pirámides de Teotihuacán, con un arco que Neruda le había comprado en la ciudad de Nueva York, se llevó una sorpresa mayúscula cuando comprobó que una de estas flechas había atravesado, medio a medio, a una culebra. Atónito, Poli-niño le preguntó a Neruda qué significaba eso. Y el poeta le respondió tranquilamente : “Es el azar”. “Era la primera vez que escuchaba esa palabra y me quedó dando vueltas y el azar ha seguido siendo una preocupación para mí”, dice.
Policarpo y Neruda
Esta gran riqueza que representó su relación de niño con el poeta, la volcó en su libro “Policarpo y el tío Pablo”, publicado bajo el sello de Random House-Mondadori y que presentó hace pocos días también en México. “Son siete historias que saqué de mis recuerdos, entre las que está también aquella del Tejón traicionero”. Este cuento relata la historia de un tejón que llevó el poeta a la Quinta Rosa María y que mordió a medio mundo, entre ellos a Poli, quien debió pasar una Navidad en una clínica, herido por este insaciable carnívoro.
Dice que este libro es su aporte a este año de homenajes al poeta. Es la mirada de un niño “y yo tuve la suerte, o la ocasión, de ser ese niño”, añade. Y agrega que Neruda ya se ha convertido en un personaje de ficción. La obra de Skármeta –Ardiente paciencia, que se convirtió en la exitosa película El cartero de Neruda- y la del joven escritor Cristián Barrios –El tango el viudo- son ejemplos de esta nueva dimensión del vate.
Délano también se refirió n a su relación con dos grandes escritores mexicanos que están teniendo mucho que ver con Neruda, por las actividades relacionadas con el centenario del natalicio del poeta. Carlos Fuentes, quien acaba de participar como jurado del Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda, y el primer ganador del galardón, otorgado recién este martes, el escritor José Emilio Pacheco.
De este último dice: “Somos amigos casi desde que yo llegué a México, es una persona prácticamente de mi generación y muchas veces estuvimos juntos en actividades literarias y antes de que se lo dieran me hice una terna de los posibles ganadores, en la que incluí al nicaragüense Ernesto Cardenal, al argentino Juan Gelmann y al mexicano José Emilio Pacheco. Me alegro mucho y lo felicito muy cordialmente. Me encanta su poesía”, dice.
De Carlos Fuentes señala que “es uno de los grandes narradores de nuestro continente. Lo conocí en 1962 y desde entonces hemos sido amigos. He sido admirador y seguidor de su obra y tengo dentro de ella mis preferencias. Me gustan mucho sus primeras novelas, entre ellas Las buenas conciencias, y La región más transparente, una novela de mucho nervio, rápida, compleja, novela que empieza a cambiar la dirección de la narrativa latinoamericana y en la que reconozco influencias de Willliam Faulkner.
Y sobre la influencia de la narrativa norteamericana en su propia escritura, Délano no duda en adjudicarle un papel fundamental. “Mis maestros y los de una buena parte de mi generación fueron los narradores norteamericanos de los años ’30 y ’40 . Ellos nos mostraron cómo escribir sin tiesuras, sin almidón, sin gomina, sin solemnida.”
Luis Enrique Délano y Lola Falcón.
Délano también se refirió a sus padres, el escritor Luis Enrique Délano y la fotógrafa Lola Falcón. Dice que los libros de su padre se reeditan periódicamente y este año saldrán nuevas reediciones, entre ellas, algunos tomos de su autobiografía. De su madre, la gran fotógrafa Lola Falcón, recuerda que “fue una persona que agarró la cámara y no la soltó más”. Tuvo el azar, dice, de vivir durante el siglo XX en zonas que revistieron mucha importancia, como el París de los años 20, el París de Picasso, de Hemingway, de Fitzgerald; vivió en el México post Cárdenas, cuando ya se había fraguado la Revolución mexicana; vivió en la China de Mao. “Tuvo una gran geografía que captar con su lente y ella andaba siempre con su máquina”. Dice que el año pasado se hizo una exposición y este año también se realizará una nueva muestra de su arte, la que anunciará oportunamente para los auditores de Vuelan las Plumas
Délano se refirió también a su posición -como prolífico escritor- entre el cuento y la novela. Sobre el primero dice que no le apasiona tanto como la novela –aunque le gusta mucho- ya que esta última no la puede terminar de una vez, como hace con el cuento, y así, señala, tiene la grata posibilidad de vivir y estar más tiempo con ese mundo y esos personajes en particular.
Dice que no relee sus obras y que a veces le ha tocado hablar sobre sí mismo y ahí relee para saber cuál personaje está en cuál de sus obras y así no equivocarse. Cuenta que su última novela la escribió en un mes y medio, con seis horas de trabajo diarias , y gastó más tiempo en trabajarla y pulirla. Añade que no escribe para un público especial ni tiene en su mente al lector. “Sólo escribo”, dice.
La prolífica pluma de Délano ha dado vida a libros como Gente solitaria (1960) Amaneció nublado(Chile, 1963),Vivario (Chile, 1971), Cambio de máscara (Cuba, 1973), Como buen chileno (Argentina, 1973), Sin morir del todo (México, 1975), Dos lagartos en una botella (México, 1975), Veinticinco años y algo más (Chile, 1985), Como una terraza en la quebrada (Chile, 1987), Un leopardo en la cumbre de un volcán (Cuba, 1989), Cuentos escogidos (México, 1994), Cuentos (Chile, 1996), Solo de Saxo(México,1998); las novelas Cero a la izquierda (Chile, 1966), En este lugar sagrado (México, 1977 - primera edición), Piano-bar de solitarios (México, 1983-primera edición), El hombre de la máscara de cuero (Chile, 1984- primera edición), Como si no muriera nadie (Chile, 1987), Casi los ingleses de América (Chile, 1990), Muerte de una ninfómana (Chile, 1996, Lom), Humo de trenes (Chile, 1997), La cola (México, 1999) y Este banco del parque, su última novela hasta la fecha y publicada por Mondadori en el 2002.